jueves, 28 de octubre de 2010

Con flores y mensajes de adiós

Miles de personas le rindieron espontáneamente homenaje a Kirchner

La Plaza de Mayo comenzó a poblarse a partir del mediodía y fue escenario de muestras de gratitud al ex presidente y también de bronca y dolor por su muerte. Hubo largas colas de personas con claveles y jazmines y expresiones de apoyo a Cristina Fernández.

Por Diego Martínez
/fotos/20101028/subnotas/na12fo01.jpg
La gente dejó sus flores y sus mensajes en la valla ubicada frente a la Casa Rosada.

Escenario de puebladas, bombardeos, marchas de Madres desesperadas, discursos patrioteros, huidas de presidentes en desgracia, la Plaza de Mayo vivió ayer un día atípico. Las primeras horas fueron puro silencio. Miles de personas bajo el cielo celeste con las miradas perdidas, procesando la muerte del líder. El correr de las horas dejó fluir bronca, dolor, pero sobre todo gratitud y reflexiones de un pueblo que, a nueve años del “que se vayan todos”, se reconoce en proceso de transformación. Al anochecer la Avenida de Mayo vibró con miles de pibes para quienes “¡Néstor no se murió / vive en el pueblo / la puta que los parió!”, y que advierten a gritos: “Si la tocan a Cristina / qué quilombo se va a armar”.

–Me salió del alma venir –confiesa el Negro Gusti, laburante de una fábrica de plásticos de Laferrère–. Mi viejo fue monto, yo nunca milité, pero hoy siento que hay que estar, hay que apoyar el proyecto.

–La gente se define en los momentos críticos –advierte Francisco, sobreviviente de un centro clandestino y varias cárceles de la dictadura–. Algunos pensarán que hoy retrocedemos. No tiene por qué ser así. Hay dos proyectos, y uno sólo apunta a disputar el poder.

–En estos días se pone a prueba la madurez del pueblo –apunta Patricia, su esposa, docente–. Los argentinos fuimos siempre muy dependientes de los líderes. Ahora hay que mostrar que el proyecto y el poder están intactos.

La plaza comenzó a poblarse a partir del mediodía. Trapos y afiches debieron armarse de apuro. “Eva, Perón y Néstor, juntos en el cielo.” “Hoy muere el hombre. Hoy nace el mito.” El luto no opacó la creatividad: “Le pegaste al chancho, saltó el dueño. Tu mejor movida, lo demás es chamuyo”.

–No los voté pero voy a la plaza –confiesa en el subte una dama de fina estampa–. Hay que apoyar a esta mujer, no hay que dejarla en soledad.

A las tres de la tarde, con sol picante, la cola de personas con claveles y jazmines atravesaba la plaza. La mayoría copó las fuentes o se sentó en el pasto, con las miradas perdidas hacia el balcón de la Rosada.

–¡Hay que ser más peronista que nunca! –se cortó solo un morocho curtido, camiseta celeste y blanca de Mascherano.

Los Descamisados intentaron romper el hielo, entonaron la marcha peronista, cantaron a “Néstor, que desde el cielo milita conmigo”, pero no hubo quórum: la cola los miró con ternura, en silencio, igual que cientos de pibes, promedio treinta a sesenta años, mayoría de clase media, sentados en el pasto, con mate, puchos y unas pocas hierbas.

–Somos de Cristina, nos ayudaron mucho –explica Juan, que llegó con su mujer desde la villa de Retiro–. Yo era cartonero y conseguí trabajo bajo relación de dependencia. Mi vieja se pudo jubilar. Pensaba trabajar para la candidatura de Néstor. Todo mal.

–Siempre creímos en este gobierno –agrega Cloti, la esposa, rostro sufrido, un solo diente, militante de la Federación de Tierra y Vivienda.

–Siento mucha tristeza. Fue el único presidente que entró a nuestras villas y barrios, que vio nuestras necesidades –asegura Santa, así se llama, que llegó con su organización M-8 desde José C. Paz.

–Es terrible, doloroso, una gran pérdida. Habrá que remar –razona Juan Carlos, “jotapé de toda la vida”–. Con haber encanado a los milicos se había ganado mi respeto. Pero hizo mucho más. ¿El futuro? Confío en Cristina, que tiene mucha polenta, y sobre todo en la militancia.

Con el ingreso de La Cámpora la plaza se despabiló. Una pareja abrazada con calas en las manos no pudo contener el llanto. Pero las lágrimas fueron excepción. Primó la bronca contenida, muecas de desconcierto.

–Siento mucho dolor –confiesa una señora mayor y agrega: “Perdí a mis hijos: se exiliaron con la crisis de 2001. Mis nietos desde España me dicen ‘abuela, no te conozco’. La política debe reinsertar a la gente”, reclama, con una bandera argentina que le cubre el pecho.

Una breve incursión en la catedral, con más curiosos y turistas que feligreses, permite escuchar las últimas palabras de Jorge Bergoglio: “Padre, te pedimos que recibas en la morada de la paz a tu hijo Néstor”, que en vida se reivindicaba hijo de las Madres a las que la iglesia del cardenal cerró las puertas. Jorge Telerman parlotea indiferente.

A las siete de la tarde el clima de la plaza es otro. “¡Andate Cobos / la putá (acento en la A) / que te parió!”, corea un centenar. “Llora la gorda Carrió / el Colorado también / Néstor va a volver / con la JP”, cantan otros.

–Kirchner mejoró nuestra calidad de vida. Vinimos a despedirlo y a apoyar a Cristina –dice Luis, “apartidario” y comerciante de Berazategui.

–Los peores siguen, el que hizo algo se nos fue –masculla bronca Elena, ama de casa de San Martín–. Hay que defender el proyecto más que nunca porque se va a agudizar el ataque de los buitres.

jueves, 21 de octubre de 2010

Carta de los trabajadores al director de PáginaI12

Estimado Ernesto Tiffenberg:

Los trabajadores de PáginaI12 hemos resuelto en asamblea apelar a este medio luego de meses de infructuosas gestiones de nuestra Comisión Interna ante gerentes de la empresa para lograr que se instale y garantice el servicio de internet en toda la redacción y en las secciones del diario que lo requieran.

Aunque es evidente para quienes recorren cada día nuestro espacio de trabajo, creemos conveniente recordar que desde la red de computadoras existente, con procesadores de texto de la década del ’80, es imposible acceder a la web e incluso al archivo del propio diario. Los editores, redactores y correctores, responsables de corroborar la información que se publica, estamos obligados a compartir una PC cada diez personas.

Como también es evidente, la carencia de esa herramienta de trabajo elemental ha derivado en que redactores, editores e incluso pasantes que cobran 1400 pesos por mes concurramos con nuestras propias computadoras, con lo cual la empresa se desentiende de la inversión y también de los riesgos, pagados de nuestro bolsillo cada vez que las máquinas se rompen.

También es un dato de la realidad, tal vez menos visible, que algunos escribimos desde nuestros hogares, fuera del horario de trabajo, para evitar la pérdida de tiempo que implica esperar turno en el puñado de máquinas de uso colectivo.

Tener que explicar en 2010 la importancia y los usos de la web, el correo electrónico o las redes sociales para el trabajo de una redacción es tan obvio que, pensamos honestamente, carece de sentido. La propia empresa admite la relevancia -a su manera- al instalar enchufes para facilitar las conexiones.

También son un buen parámetro las fechas en las que otros diarios han completado la instalación de internet: Perfil en 1998, La Nación en 1998/99, Clarín en 1999/2001, y Ámbito Financiero en 2001/2003, es decir hace siete años en el peor de los casos. En los nuevos diarios, como Tiempo Argentino o Miradas al Sur, todos los puestos de trabajo tienen internet.

Se trata de una inversión mínima para adquirir una herramienta de trabajo imprescindible y que sin duda redundará en mejorar la calidad del diario.

Saludamos al director atentamente, con la sincera esperanza de que tome cartas en el asunto.

* La carta se entregó al director el 21.10.10. Se difunde dos semanas después, sin haber recibido ninguna respuesta.



lunes, 18 de octubre de 2010

“Me saqué un peso enorme de encima”

GASTON CASTILLO CUENTA COMO CONSIGUIO QUE LE QUITARAN EL PADRINAZGO DEL DICTADOR JORGE VIDELA
“No puede ser tu padrino quien mató a tu viejo”, dice Gastón, séptimo hijo varón. Su padre, Roberto Castillo, fue asesinado por la dictadura en 1977. Ahora consiguió que la Iglesia anulara el padrinazgo y solicita que lo apadrinen los Kirchner.
/fotos/20101018/notas/na08fo01.jpg
Gastón (en el medio, de brazos cruzados), junto a los alumnos que investigaron su historia y la del barrio.

Publicado (sin firma) en PáginaI12.

“No puede ser tu padrino quien mató a tu viejo. Es algo loco.” La frase pertenece a Gastón Castillo, que no llegó a conocer a su padre, víctima del terrorismo de Estado, y que durante 32 años, por ser séptimo hijo varón, tuvo como padrino de bautismo a Jorge Rafael Videla. Luego de una serie de gestiones informales frustradas para borrar de su vida el nombre del dictador, el Arzobispado de Buenos Aires que conduce el cardenal Jorge Bergoglio accedió a “dejar sin efecto el padrinazgo” en base a un artículo del Código de Derecho Canónico que exige “llevar una vida coherente con la fe y con la misión que va a recibir”. Se trata del primer caso de un católico que solicita a la Iglesia anular de sus registros el vínculo con un represor condenado por crímenes de lesa humanidad.

–Escribiste que el padrinazgo te mortificaba. ¿Cómo te sentís ahora?

–Siento un gran alivio, me saqué un peso enorme de encima. Le ganamos a este hijo de mil...

Gastón es el menor de ocho hermanos y trabaja en una carnicería de José Mármol. El 12 de enero de 1977, cuando un grupo de tareas arrancó a su papá, Roberto Castillo, de su casa del barrio Sakura, en Burzaco, Gastón aún estaba en la panza de su mamá. “El operativo lo presencian todos mis hermanos menos Juan y yo, que veníamos de jugar al fútbol”, recuerda Mario, que tenía 18 años y estuvo secuestrado durante la dictadura. “A quince cuadras de casa, por Avenida Monteverde, empezamos a cruzar jeeps del Ejército y varios Falcon verde. Cuando llegamos encontramos a todos llorando. ‘Se llevaron a papá’, gritaba mi vieja. Sé que hubo gente de civil y uniformados.”

Sakura debe su nombre a una familia japonesa y era en los ’70 un barrio de trabajadores humildes. “Tenía cuatro o cinco manzanas y la particularidad de que todos militaban”, apunta Mario. La barriada supo de la Triple A ya en 1974 y fue arrasada por la dictadura, que borró del mapa a 45 de sus 900 vecinos. La historia la reconstruyeron profesores y alumnos de la Escuela Secundaria Básica 78 de Burzaco en el marco del programa “Jóvenes y Memoria”, de la Comisión Provincial por la Memoria. En 2008 hicieron su primer audiovisual, Los padrinos mágicos, sobre la relación de la Armada con la Escuela 19 (antecesora de la 78, en la misma sede), a la que apadrinó en 1975, cuando desapareció la maestra Susana Luján Sapic. El año pasado presentaron la segunda parte, Un paseo por Sakura, sobre el intenso trabajo social y el consecuente ensañamiento padecido. La investigación incluyó una entrevista con Beatriz, la mayor de los Castillo, quien relató la historia del padrino genocida.

“Con los chicos decidimos entonces reservar la entrevista y acompañar a Gastón en distintos trámites”, recuerda el profesor Alejandro de León. El trabajo de estudiantes y profesores derivó en un proyecto de ordenanza para que una calle de Almirante Brown lleve el nombre de Castillo, en el contacto con el abogado que redactó el escrito para pedir la anulación del padrinazgo, Hernán Jaureguiber, y en la elaboración de un video con la historia de Gastón que se presentará el mes próximo en Chapadmalal, donde se reunirán alumnos de cuatrocientos colegios bonaerenses para compartir sus producciones sobre la memoria del terrorismo de Estado.

El lobisón

Gastón nació el 12 de mayo de 1977 y comenzó a conocer su verdadera historia cuando tenía doce años. “Mi mamá me decía que papá estaba trabajando afuera y que en algún momento iba a venir a buscarme. Un día, al volver del colegio, le conté que había soñado que mi papá venía. Entonces me sentó y me contó lo que había pasado. Fue terrible, muy triste. La adolescencia la pasé mal, cometí errores, era muy rebelde y volqué toda la bronca hacia mi mamá”, relata.

–¿Cuándo tomás conciencia de quién era tu padrino?

–Me doy cuenta a medida que crezco, cada vez con más bronca y odio. El tema de mi papá no se hablaba. Y si no hablaban los más grandes, yo no preguntaba. Pero siempre tuve el tema muy adentro. Empiezo a sentirme bien cuando empiezo a hablar y cuando nacieron mis hijas, que tienen nueve y seis años. Ahí me cambió la vida, que hasta ese momento no tenía sentido.

–Teníamos mucho miedo –apunta Mario–. Después de los secuestros en Sakura nadie más habló, desapareció todo, los vecinos no nos daban bola. Uno fue creciendo con miedo. Yo veía un patrullero y pensaba que me venían a buscar de nuevo.

La historia del padrinazgo la cuenta Mario: “Mamá usó esa estrategia para ver si conseguíamos alguna información. Había presentado varios hábeas corpus, pero no sabíamos nada. Entonces decidió acercarse a Videla con la excusa del séptimo hijo varón”. La ley 20.843 de “padrinazgo presidencial”, inspirada en el mito del lobisón y sancionada por Juan Perón en 1973, permite que el séptimo hijo varón sea apadrinado por el presidente, de iure o de facto, como Videla durante cinco años. “Creo que la idea fue de mi médico, que incluso ayudó a mi mamá a hacer la carta. Primero se la rechazaron, pero insistió y aceptaron”, cuenta Gastón.

Si el trabajo de los estudiantes movilizó al barrio, el quiebre para la familia Castillo ocurrió el año pasado, cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó sus restos, enterrados en una fosa común del cementerio de Avellaneda. Según las pericias, fue asesinado días después del secuestro, meses antes del bautismo. “Con la identificación empezamos a hablar”, explica Gastón. “Ahí nos enteramos de lo que padecía”, apunta Mario. “Le dije ‘hermano, ¿por qué no contaste antes?’, pero es cierto, al no saber cómo resolverlo preferíamos no hablar, no teníamos argumentos para sacarnos a ese hijo de puta de encima. Con la identificación, los profesores me invitaron a dar una charla, conté que ya no sabíamos cómo desapadrinar a Gastón y empezaron a ver qué podíamos hacer.”

–¿Cómo te definís en términos religiosos?

–Soy creyente. Sigo yendo a la iglesia y mi hija está por tomar la comunión. Sigo con la fe.

–¿Hablaste del tema Videla con algún sacerdote?

–No. Tengo amigos con los que íbamos a la iglesia, charlaba con los chicos que juntan fondos para ir de campamento, scouts o monaguillos, pero no tocábamos el tema.

–¿Qué sentís como creyente sobre la iglesia, que permitió que Videla fuera tu padrino durante tres décadas?

–Al ser creyente estaría defraudado –duda, con la vista perdida–. Sigo siendo creyente. Contra la iglesia no tengo nada, pero es algo grave lo que hizo. Es confuso para mí.

–El Arzobispado dijo aceptar el planteo “por los motivos expuestos” en el pedido, entre los que se mencionaba la complicidad de la jerarquía eclesiástica con el plan de exterminio. ¿Es un modo de admitir su rol o de sacarse el tema de encima?

–Es para sacarse el tema de encima.

–¿Cómo nació ahora la idea de pasar a tener a los Kirchner como padrinos?

–Quería que fueran Kirchner y Cristina, pero no puedo tener dos madrinas. Pasa que en la familia estamos muy agradecidos. Este gobierno nos abrió muchas puertas, nos permitió encontrar a papá, pensábamos que eso nunca iba a pasar. Es una decisión que tomé pensando en los 30 mil desaparecidos y en el rol de este gobierno, que permitió hablar más libremente del tema. Sé que algunos dirán “qué loco”, pero es mi decisión.

¿Tenés algún tipo de militancia política?

No, siempre trabajé.

viernes, 15 de octubre de 2010

Pedido a la Corte

LA JUSTICIA MENDOCINA
/fotos/20101015/notas/na12fo01.jpg
El juez Francisco Miret en el Consejo de la Magistratura.

Publicado (sin firma) en PáginaI12.

El Consejo de la Magistratura resolvió en su reunión plenaria de ayer solicitar una audiencia pública urgente a la Corte Suprema de Justicia para tratar la situación de “extrema gravedad institucional” que reina en la Cámara Federal de Mendoza. El organismo tomó la decisión luego de escuchar al titular de la Procuración General de la Nación, Esteban Righi, quien desmenuzó las maniobras del tribunal cuyano para obstaculizar las investigaciones por delitos de lesa humanidad durante la dictadura. Righi destacó en particular el rol del camarista Otilio Roque Romano, imputado por encubrir secuestros y torturas hace un tercio de siglo, y respaldó la actuación del fiscal general Omar Palermo, coordinador de la Oficina de Asistencia a las causas vinculadas con el terrorismo de Estado en Cuyo, que fue amenazado de muerte luego de pedir la citación a indagatoria de Romano. El tribunal mendocino, mientras tanto, marcó ayer otro hito en la historia de la impunidad en Cuyo, al excarcelar a los oficiales Jorge Antonio Olivera y Eduardo Vic, imputados por torturas en el Regimiento de Infantería de Montaña 22 de San Juan y ex prófugos de la Justicia.

La decisión de solicitar la intervención de la Corte es un último recurso ante la situación caótica que atraviesa la Justicia Federal de Cuyo. Excepto un juicio en curso en San Rafael, las causas de lesa humanidad en Mendoza y San Juan, jurisdicción de la Cámara, están paralizadas y con todos los imputados libres. La Cámara tiene dos lugares vacantes: el primero desde hace un año, tras la renuncia de Carlos Pereyra González, investigado por delitos de lesa humanidad cuando era secretario de la Justicia puntana; el segundo, tras la renuncia de Luis Francisco Miret, imputado por idénticos delitos en Mendoza, como juez federal.

A diferencia de Miret, que antes de renunciar ejerció su derecho de defensa ante el Consejo y ante el juez federal Walter Bento, su colega Romano logró evadir ambas instancias. Para no presentarse ante el organismo que evalúa la conducta de los magistrados interpuso una acción de amparo que le concedió el conjuez Carlos Parellada, cuestionado por su antiguo vínculo personal con Romano y padre de una de sus empleadas. Para evitar tener que prestar declaración indagatoria utilizó dos vías: alegó “graves razones de salud” y recusó a Bento, que también fue amenazado luego de citarlo. Cuando logró el segundo objetivo y ya no había juez para indagarlo, la salud de Romano mejoró súbitamente: interrumpió la licencia de sesenta días que le habían otorgado sus colegas, retomó sus funciones y se abocó de lleno a cuestionar la legitimidad del fiscal que lo acusó. El procurador Righi pidió ayer que se evalúe el parte médico que había presentado Romano, ante la sospecha de que se armó a pedido de Su Señoría.

La recusación también está plagada de irregularidades. Julio Demetrio Petra, Leopoldo Rago Gallo y Miguel Angel Gálvez se sustrajeron a cualquier tipo de control de legalidad por parte de quienes impulsan las causas. Petra rechazó el pedido del fiscal Palermo, negándole que fuera parte interesada. El representante del Ministerio Público Fiscal cuestionó entonces su intervención, argumentando que Petra es compañero de Romano desde 1993 y que ya fue apartado para intervenir en las causas de lesa humanidad. Pero el tribunal hizo oídos sordos y rechazó la recusación, tal como había hecho con las querellas. Petra no cuestiona su inhabilidad para juzgar a autores de secuestros y torturas, pero resiste cuando le toca analizar la conducta de Romano, su compañero de trabajo desde hace 17 años, acusado por encubrir los mismos delitos.

El juez Bento, que sí fue aceptado como parte en el expediente, recusó sin éxito a los tres camaristas que accedieron al pedido de Romano. El caso más curioso es el de Rago Gallo. Mucho antes de que trascendiera su complicidad con el terrorismo de Estado, Romano se inhibió de intervenir en una demanda promovida por Rago Gallo por la “amistad íntima” que los une. Como en las familias judiciales todos se conocen, Bento recordó esa confesión y le pidió que se dignara a no intervenir. Tampoco tuvo suerte: Rago Gallo desestimó su propia recusación, asegurando que ya no es amigo íntimo de Romano.

lunes, 11 de octubre de 2010

Estado laico que estás en el cielo

PIDEN RETIRAR DE LOS JUZGADOS TODA “FIGURA DE LA RELIGION CATOLICA”
El defensor general Gabriel Ganón les reclamó a las autoridades del departamento judicial de San Nicolás que ordenen sacar de los tribunales las imágenes religiosas. La jueza de la Corte, Carmen Argibay, había pedido quitar los crucifijos de las salas de audiencias.
/fotos/20101011/notas/na10fo01.jpg
En 2003, la Corte sacó de Tribunales una escultura de la Virgen.

Publicado (sin firma) en PáginaI12.

El trato discriminatorio que para millones de ciudadanos implica ser juzgados en nombre de un Estado laico en despachos decorados con vírgenes, santos y crucifijos podría llegar a su fin. Cincuenta y seis años después de que el presidente Juan Domingo Perón desterrara los símbolos religiosos de los espacios públicos, tres años después de que el capellán Cristian von Wernich ironizara sobre la presencia de la cruz cristiana sobre las cabezas de los jueces que lo condenaron a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad, y una semana antes de la ovación de un centenar de feministas a la ministra Carmen Argibay por proponer “sacar los crucifijos de las salas de audiencias”, el defensor general Gabriel Ganón dio el puntapié inicial: les reclamó a las autoridades del departamento judicial de San Nicolás que ordenen retirar de los juzgados toda “figura representativa de la religión católica”, causal de un “trato parcial y discriminatorio” hacia ateos, agnósticos y creyentes no católicos, o bien incorporar símbolos de todos los credos autorizados por la Secretaría de Culto. El pedido se funda en el derecho a la igualdad, al tratamiento igualitario ante la Justicia y la no discriminación de tipo religioso, argumentó Ganón. Hasta el momento sólo le respondieron con evasivas.

Dos mujeres

“Soy funcionaria de un Estado laico y recibo gente que puede tener todas las religiones o ninguna, eso significa la libertad de culto. Tener un símbolo religioso condiciona”, explicó Argibay el mes pasado. “En un tribunal oral no se les pide a los testigos que juren por alguna religión, ni por Dios o los santos evangelios, sino por sus creencias, no preguntamos cuáles, y atrás tenemos crucifijos. Entonces el señor dice: ‘¿Me querrán hacer jurar por eso?’. Y hay que explicarle que no. Entonces, ¿para qué está ahí? Puede influir mal en un testigo, puede ser considerado una discriminación. En la sala de audiencias no sé cómo diablos hacer para sacarlo. Hasta ahora somos dos las que dijimos que hay que sacarlo. Dos mujeres”, aclaró.

–¿Lo han debatido en la Corte?

–Todavía no, dennos tiempo.

La Corte retiró en 2003 del hall del Palacio de Tribunales una escultura de la Virgen del Rosario de San Nicolás. Formuló el planteo Alejandro Carrió, abogado de la Asociación por los Derechos Civiles y ahora de dos jóvenes adoptados en 1976 por Ernestina Herrera de Noble. Argumentó que los símbolos católicos vulneran el principio de imparcialidad jurídica y lesionan el derecho a un tratamiento igualitario garantizado por la Constitución y los tratados internacionales. La mayoría automática menemista rechazó el pedido. Augusto Belluscio, Enrique Petracchi y Juan Carlos Maqueda, en minoría, explicaron al aceptarlo que el sostenimiento económico del culto católico no implicaba su adopción como religión oficial. Destacaron que la reforma de 1994 acentuó el carácter no confesional y pluralista del Estado, que la presencia de la imagen de la Virgen revelaría “una clara adhesión a un credo en detrimento de otros”, y advirtieron sobre posibles “efectos de discriminación y presión sobre las legítimas convicciones” de los ciudadanos. Ante un amparo de la ADC, la jueza Susana Córdoba resolvió remover a la madre de Jesús. Pese a la protesta de militantes católicos, que hicieron misas en tribunales, la Corte reivindicó sus facultades de superintendencia y ordenó “dar guarda transitoria” a la Virgen “con el mayor grado de circunspección y decoro”. Fue el 30 de diciembre de 2003, ya sin Julio Nazareno y con Raúl Zaffaroni, que continúa en la Corte junto con Maqueda, Petracchi, Argibay y Elena Highton de Nolasco, la otra mujer del tribunal.

Patria laica

Tenaz denunciante de la violencia institucional en todas sus formas, Ganón le pidió a la Cámara Civil y Comercial nicoleña que ejerza las mismas facultades que la Corte. Recordó que los constituyentes de 1853 adoptaron la forma de una república laica y le quitaron a la religión católica el carácter oficial impuesto desde la colonización. Argumentó que exhibir símbolos religiosos en actos públicos “importa otorgarle al Estado el carácter de confesional”, y atenta contra el derecho a la igualdad y la libertad de culto. “La existencia de crucifijos en edificios públicos, símbolo que no es representativo de la patria como la bandera o el escudo, atenta contra el derecho de quienes profesan una religión diferente a la católica, comprometiendo no sólo la neutralidad que debe mantener el Estado al momento de administrar justicia sino la apariencia de objetividad de quien lo representa”, explicó. “Quien se presenta ante un juez entiende que no sólo será juzgado por el funcionario público en cumplimiento de la ley positiva sino también por una ley divina”, agregó, y apuntó que hasta la disposición de las partes en las salas “nos remontan a tribunales de la Santa Inquisición”.

Ganón respaldó el planteo con jurisprudencia internacional. Para el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, los crucifijos en los colegios atentan contra la libertad religiosa de los alumnos y contra el derecho de sus padres a educarlos según sus convicciones. Un juzgado de Valladolid, que en 2008 obligó a un colegio a retirar la efigie de Cristo de sus aulas, explicó que los símbolos religiosos podían afectar la formación psíquica de los menores. Francia dictó en 2004 una ley del velo sobre laicidad que prohíbe usar símbolos religiosos ostensibles en los colegios.

El juez es en teoría un tercero imparcial, razona Ganón. Quien profesa una religión diferente del catolicismo o es devoto de Jesús de Laferrere no debe percibir que el representante del Estado también puede castigarlo en nombre del Dios católico. Un símbolo religioso “tiene una connotación negativa”. “El Estado debe abstenerse de imponer, ni siquiera indirectamente”, afirma. El derecho a practicar o pertenecer a una religión es tan importante como no pretender imponerla, argumenta. La Cámara Civil y Comercial nicoleña evitó pronunciarse. Silvia Rivero de Knezovich, Javier Tivano y César Telechea adujeron carecer de facultades. Pero en lugar de declararse incompetentes y remitir el planteo a la Corte Suprema bonaerense, o a quien consideren que tenga funciones de superintendencia, lo archivaron como Dios manda.


Recuadrito:

Sexo con Dios

El capitán Antonio Pernías aplicaba descargas eléctricas sobre los cautivos de la ESMA con un crucifijo y una medalla de la Virgen Milagrosa colgados del cuello. “Yo hablo con Jesusito y si él me dice, te damos Pentonaval y te vas para arriba”, explicaba Jorge Acosta, jefe del Grupo de Tareas 3.3 de la Armada. Sus subordinados se robaron un crucifijo de porcelana de la casa de la catequista María Ester Lorusso. El general Abel Catuzzi, responsable de La Escuelita de Bahía Blanca, recibía a los familiares de los secuestrados con un crucifijo en su pecho. El policía José María Cardozo gritaba “escupí al diablo” mientras torturaba en la Brigada de Investigaciones de Chaco. A un detenido le sacó el crucifijo de aleación, le anunció que “te va a coger Dios” y le dio picana hasta que la cruz de Cristo se quebró en el ano del enemigo. El asesino Miguel Etchecolatz alzó su rosario y besó su crucifijo luego de escuchar la sentencia. “Miro el crucifijo, donde está Cristo, y pienso que está aquí”, provocó a los jueces el capellán de la Policía Bonaerense Christian von Wernich antes de escuchar su condena a prisión perpetua, confirmada por la Corte Suprema de Justicia e ignorada por la Iglesia católica.