sábado, 15 de diciembre de 2007

El misterioso participante argentino

EL ABOGADO GUILLERMO LEDESMA CONTO QUE SE REUNIO CON ANTONINI

Guillermo Ledesma, ex integrante de la Cámara Federal que juzgó a las juntas, estuvo en una de las reuniones con los venezolanos en Miami. Lo consultaron como penalista por la situación de Antonini.

Por Diego Martínez
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El ex camarista Guillermo Ledesma junto al ex fiscal Luis Moreno Ocampo, tiempo atrás.

El misterioso “individuo de la Argentina” mencionado en el informe que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) presentó el miércoles ante la Corte de Florida y que el 27 de agosto se reunió en un restaurante de Miami con el empresario Guido Antonini Wilson –por entonces con pedido de captura internacional emanado de la Justicia argentina– es el penalista Guillermo Ledesma, el mismo que en 1985 integró la Cámara Federal porteña que condenó a Videla, Massera & Cía.

Un día después de la detención de Moisés Maionica, el abogado conocido de Wilson que lo convocó y lo recibió antes del encuentro, Ledesma envió a Página/12 una carta con pedido de publicación:

“Con motivo de la detención de tres personas en Estados Unidos vinculadas al affaire Antonini Wilson, de público conocimiento, se menciona la intervención de un argentino en una reunión celebrada en Fort Lauderdale en la que habrían participado el nombrado, el Dr. Maionica y otras dos personas.

“Dado que en todos los actos de mi vida profesional, tanto como juez cuanto en mi calidad de abogado, he actuado a plena luz del día, me veo en la obligación, por respeto al derecho de informar que hace a la libertad de prensa, valor sustancial en un Estado de derecho, a poner de manifiesto que el argentino presente en esa ocasión fui yo.

“He aquí los motivos: el estudio jurídico venezolano Di Vénere-Maionica-Rossini-Jelambi-Balestrini & Ribeiro se puso en contacto conmigo solicitando mis servicios a los efectos de que, como especialista en derecho penal argentino, respondiera a las inquietudes de Antonini Wilson en relación con la posibilidad de presentarse ante la justicia con motivo de la solicitud de captura que pesaba en ese momento sobre él con miras a la extradición que habría de pedirse por parte de la juez que intervenía en la causa por contrabando seguida contra el nombrado en Buenos Aires. Acepté la proposición y viajé a Miami, adonde llegué el 26 de agosto. Ese día me reuní, en el hotel en que estaba hospedado, con el Dr. Maionica y un socio, cuyo nombre no recuerdo, con quienes conversamos sobre los aspectos jurídicos vinculados a la situación de Antonini. Acordamos que al día siguiente me llamaría para reunirnos con éste y así fue.

“Me envió un automóvil que me condujo a un restaurante ubicado en una zona residencial de Ft. Lauderdale. Allí me encontré con el Dr. Maionica y nos sentamos a una mesa junto a una de las vidrieras que daban a la calle, en la que se hallaba una persona de alrededor de treinta años y, si mal no recuerdo, luego se nos unió otra. Al rato se hizo presente Antonini Wilson. Luego de la presentación que hizo el Dr. Maionica de mi persona y de mis referencias profesionales, la conversación se centró en la situación procesal de Antonini en la Argentina. Le señalé que era conveniente que no eludiera la acción de la Justicia. De ahí que lo razonable era, de acuerdo con mi experiencia, solicitar su eximición de prisión y que si se la concedían, cosa que era probable dada la pena del delito que se le atribuía, cabía el levantamiento de la captura internacional y que se le concediera autorización para salir del país durante el proceso. Con esas garantías su presentación carecería de riesgos. Desde entonces, la sugerencia nunca tuvo acogida.

“Recuerdo que también se habló de la oportunidad de esa eventual presentación en función de la situación política del país y de otras circunstancias que carecen de relevancia. En honor a la verdad, debo decir que, al menos en mi presencia, no se habló del destino que tenían los fondos que fueron secuestrados. El primero en retirarse de la reunión –en la que hubo un aparte entre la persona joven a la que me referí y Antonini Wilson– fue este último. Eso es todo.

“Saludo al director muy atentamente. Guillermo Ledesma”.

Contexto

La reunión del abogado argentino con el venezolano-norteamericano Antonini Wilson, su socio Moisés Maionica y otras dos personas se concretó once días después de que la jueza María Luz Novatti ordenara la captura internacional del empresario. Dos días más tarde, el 18 de agosto, el FBI informó a la Policía Federal que había ubicado a Antonini Wilson en Key Biscayne. Sin embargo, el dato sobre su paradero recién se hizo público el 27 de agosto, es decir el día de la reunión que detalla Ledesma.

Según la cronología del FBI, el 23 de agosto Franklin Durán le informó a su socio Antonini Wilson “la identidad del candidato” presidencial argentino que recibiría los 800.000 dólares de la “donación abortada”, le advirtió que “autoridades tanto de la Argentina como de Venezuela (le) harían juicio si decía que los fondos decomisados no pertenecían a él” y que sus futuras acciones “podrían poner en riesgo la vida de sus hijos”. Ledesma viajó el 26. No informa en su nota cuántos días antes recibió el llamado. Según el FBI, el cuarto participante de la reunión fue Durán, quien le habría advertido a Wilson que hacer público el propósito y el destinatario de los dólares “resultaría en la pérdida de la elección” del candidato presidencial. Durán le habría advertido a Wilson que “el pueblo de Venezuela y la Argentina” deseaban que no se conociera la verdad sobre el affaire Antonini. Ledesma asegura no haber escuchado ese fragmento de la conversación. El agente especial del FBI Michael Lasiewicki, redactor del informe, omitió consignar la identidad y la profesión del abogado argentino. También la sugerencia rechazada. Por razones comprensibles, tampoco especificó quién grabó los diálogos de Antonini.

El miércoles, los venezolanos Maionica, Durán, Carlos Kauffmann y el uruguayo Rodolfo Edgardo Wanseele Paciello fueron detenidos en Miami. El mismo día el FBI presentó una acusación formal ante la Justicia. Los acusa de trabajar como agentes encubiertos de Venezuela para encubrir el origen y el destino de los 800.000 dólares decomisados el 4 de agosto en el aeroparque Jorge Newbery. También incluyen en la conspiración al venezolano Antonio José Canchica Gómez, prófugo de la Justicia.

El mismo miércoles el fiscal federal adjunto Tom Mulvihill especificó que los dólares decomisados eran para ayudar “a la campaña de Cristina Kirchner”. La Presidenta calificó las acusaciones del FBI como una “operación basura”, advirtió que no se va a dejar presionar y defendió la relación del gobierno argentino con el presidente venezolano Hugo Chávez.

El lunes los cuatro detenidos tendrán su primera audiencia ante una Corte de Justicia de Miami. El 28 deberán optar entre declararse culpables y negociar una reducción de la pena o presentarse como inocentes y afrontar un juicio que podría llevarlos a la cárcel.

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