sábado, 7 de febrero de 2009

A Menem todavía le dura la sonrisa

El ex presidente se presentó en el juicio oral en su contra y se negó a declarar

El tribunal que juzga el contrabando de armas a Ecuador y Croacia le tomó sus datos personales. Menem se negó a declarar. Llegó sonriente y en buena forma, aunque había alegado problemas de salud para evitar concurrir a las audiencias.

Por Diego Martínez
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El ex presidente Carlos Menem se presentó ayer ante el Tribunal Penal Económico Nº 3.

Sonriente y rozagante, aunque con tranco lento y curvatura normal para un hombre de 78 años, el ex presidente Carlos Menem dejó de jugar a la escondida, se presentó ante el tribunal que lo juzga por contrabando agravado de armas a Ecuador y Croacia y, por consejo de su abogado, se negó a declarar. Antes, el Tribunal Oral Penal Económico Nº 3 había rechazado los pedidos de recusación contra el juez Horacio Artabe y de nulidad del requerimiento de elevación a juicio que formuló Maximiliano Rusconi, uno de los cuatro defensores del riojano. El abogado anticipó que el martes apelará las negativas ante la Cámara de Casación y minimizó las consecuencias que podrían generar sus planteos. “Un mes de demora”, calculó. “Para una causa que lleva trece años no es nada”, dijo.

Menem llegó 9.10, veinte minutos antes de la hora prevista para el inicio de la audiencia, y saludó a la docena de admiradores que lo alentó con bombos. “¡Viva Perón! ¡Viva Menem!”, mezclaban. “Hoy es un día importante para la Argentina. Que un ex presidente constitucional sea sometido a un proceso judicial implica que todos somos iguales ante la ley”, celebró el abogado Ricardo Monner Sans durante la espera. Cuando un cronista preguntó por “el rol específico de Carlos Menem” se activó una alarma que taladró los oídos de los huéspedes del subsuelo de Comodoro Py. La abogada Mariana Barbitta, defensora del riojano junto con Rusconi, Gabriel Palmeiro y María Valeria Onetto, se explayó sobre temas procesales pero prefirió los monosílabos ante preguntas sobre el hombre que los contrató.

–¿Cuándo viajó?

–No sé.

–¿Por qué medio?

–No sé.

–¿Mejoró su salud?

–No sé –repitió y se escabulló por un pasillo.

La audiencia arrancó a las once con la prensa apiñada al fondo de una sala tipo chorizo. Primero, el tribunal rechazó la recusación de Artabe por supuesto “conocimiento exhaustivo” del expediente. El juez cuestionado explicó que su conocimiento de la causa, cuando era juez de instrucción, duró sólo “un día” y descartó el menor riesgo de parcialidad. El tribunal coincidió. Sostuvo que había “un temor infundado” porque la intervención del juez no revestía “la más mínima entidad” y “se limitó a comparar objetos procesales de dos causas para concluir en su conexidad”. Luego rechazó el pedido de nulidad de los requerimientos de elevación. Rusconi sostiene que los decretos fueron actos administrativos lícitos y el contrabando es posterior. Menem llegó a juicio por los elementos que sugieren la relación entre ambos momentos. “Es justamente lo que hay que discutir”, explicó el abogado de la Aduana, José Solari.

Finalmente llegó la hora de escuchar al imputado. El juez Luis Imaz le tomó los datos. Menem respondió en voz baja, aunque no más baja ni menos incomprensible que la del presidente del tribunal. Contó que tiene 78 años, es abogado, divorciado, riojano, con domicilio actual “aquí en Capital, como senador de la Nación”. Recordó que sus padres murieron y deletreó el nombre de su mamá: M-o-h-i-b-e A-k-i-n. “De Menem, por supuesto”, agregó.

–¿Condiciones de vida? –preguntó Imaz

–Senador nacional.

–¿Procesos anteriores?

–Antecedentes no –balbuceó.

Antes de que el juez le preguntara si iba a declarar, Rusconi anticipó que va a apelar los planteos rechazados, por lo cual, dijo, “Menem no debe defenderse de un acción que considera nula”. Imaz le recordó que debía responder el propio imputado y le dio la palabra. “Habida cuenta de que hay cuestiones pendientes apeladas, he resuelto no prestar declaración en esta audiencia”, dijo Menem. El juez ordenó que se leyeran sus declaraciones durante la instrucción. Rusconi pidió permiso para que Menem se retirara, lo acompañó hasta la puerta y después habló ante la prensa. Como al pasar dijo: “Debiera suspenderse la tramitación del juicio” porque “no hay garantías orgánicas”. Si sus planteos prosperan “entraría el cuarto juez y habría que nombrar un nuevo suplente”, que debería leer los requerimientos y la elevación. “No es tan grave, un mes de demora”, calculó.

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