viernes, 16 de marzo de 2012

Lo imposible hecho realidad


El Centro de Estudios Legales y Sociales y el Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ) presentaron el libro Hacer Justicia, que desarrolla el proceso y los resultados de la Argentina en las causas por delitos de lesa humanidad.

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Valeria Barbuto, Horacio Verbitsky, Jorge Taiana y Marcelo Ferrante, ayer en la Biblioteca Nacional.
Publicado en PáginaI12, sin firma (de viernes a domingo los diarios porteños salen sin firmas, primer paso del plan de lucha para que La Nación, Clarín, PáginaI12 & Cía. se sienten a negociar mejores condiciones de trabajo.  DM)

El desafío de “hacer justicia” treinta años después. La sinergia a partir de 2003 entre una sociedad civil perseverante en su reclamo de “juicio y castigo” y la decisión del poder político. El acompañamiento a los sobrevivientes como clave de los procesos. Las violaciones sexuales como delito diferenciado de la tortura, ejemplo de vitalidad del proceso argentino. Los temas, entre otros, forman parte de Hacer Justicia, el libro que el Centro de Estudios Legales y Sociales y el Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ por sus sigla en inglés) presentaron ayer en la Biblioteca Nacional. “Es un libro importante en sí, que muestra cómo la realidad se fue transformando y lo que parecía imposible se convirtió en realidad”, resumió el ex canciller Jorge Taiana, miembro de la comisión directiva del organismo de derechos humanos.
“Hacer Justicia es el resultado de varios años de trabajo del CELS en cooperación con el ICTJ, con el auspicio de la Unión Europea”, explicó la antropóloga Valeria Barbuto, directora del Programa de Documentación e Investigación del CELS y moderadora del panel que también integraron el periodista Horacio Verbitsky, presidente de la institución, y el abogado Marcelo Ferrante, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y autor de uno de los capítulos del libro.
“Es inevitable ver la visión y el mensaje del proceso de justicia argentino” hacia el mundo, sostuvo Taiana. Marcó “dos conclusiones: la enorme vitalidad de la sociedad civil, en particular de los organismos de derechos humanos y los familiares, decisivos para mantener el tema en la agenda social y política, y la importancia de la decisión del poder político a partir de la presidencia de Néstor Kirchner”. “La estrategia en nuestro país fue la acción ante la Justicia penal”, recordó, y marcó “el contraste entre buena parte de América latina y el resto del mundo, donde la búsqueda de justicia no fue tan frecuente y se apeló por ejemplo a comisiones por la verdad”. “Fue el camino más largo, pero también el más exitoso y el más nítido”, afirmó.
Taiana repasó el libro. Destacó el capítulo de la abogada Carolina Varsky sobre los testimonios en los procesos y las estrategias para acompañar a los testigos. “Es interesante para otras experiencias”, apuntó. “El derecho a la verdad fue una utilización muy original del sistema penal para hacer justamente lo que no se podía: pedir juicio y castigo”, recordó. Sobre el avance de las causas por delitos sexuales en cautiverio, tema resistido por el Poder Judicial, que investigaron la socióloga Lorena Balardini, la abogada Ana Oberlín y la psiquiatra Laura Sobredo, Taiana destacó que “no estaba presente y muestra la vitalidad del proceso argentino”. El ex canciller cerró su exposición con referencias al capítulo de la politóloga Pilar Calveiro, sobreviviente de la dictadura. “Muestra cómo ciertas prácticas perviven en el tejido más íntimo de las políticas represivas y en los métodos de investigación penal”, destacó, y expresó su deseo de que el Congreso convierta en ley el proyecto que establece un mecanismo de aplicación del Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura.
Ferrante, a su turno, desarrolló su estudio sobre las actitudes de los jóvenes apropiados durante la dictadura frente al proceso de justicia, en particular sobre los fundamentos para no colaborar con las investigaciones por parte de quienes se negaron a dar muestras de ADN. El abogado se explayó sobre “el argumento de la lealtad” con los apropiadores, a partir de “un vínculo parental de hecho”, y sobre el argumento de la pertinencia. “La identificación de las víctimas de violaciones a los derechos humanos es siempre pertinente”, concluyó.
El cierre estuvo a cargo de Verbitsky, quien recordó la historia de la confesión de Adolfo Scilingo y el quiebre que marcó en el proceso de justicia: las primeras presentaciones en base al derecho a la verdad, el rol clave de jueces como Horacio Cattani, el surgimiento de la agrupación HIJOS, la apertura de la causa por genocidio en España y la detención del dictador Augusto Pinochet en Chile.

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