miércoles, 26 de agosto de 2009

“Macri no tuvo respeto ni dignidad”

Sergio Burstein, de Familiares y Amigos de Víctimas de la AMIA y la renuncia de Palacios

“Jamás va a tener noción de cuánta bronca e impotencia generó”, dijo Burstein sobre la ahora fallida designación de Jorge “Fino” Palacios como jefe de la Policía Metropolitana. También reiteró que “Macri sigue mintiendo”.

Por Diego Martínez
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Sergio Burstein, integrante de Familiares y Amigos de Víctimas de la AMIA.

“Fueron seis meses de dolor. Macri jamás va a tener noción de cuánta bronca e impotencia generó. Evidentemente ve la historia desde otro nivel.” La reflexión pertenece a Sergio Burstein, de Familiares y Amigos de Víctimas del atentado a la AMIA, quien acusó al jefe de Gobierno y al ministro Guillermo Montenegro de “defender lo indefendible” y mentir hasta el final “para no asumir el costo político de las críticas”.

–¿Qué lectura hace de la renuncia?

–No puedo decir que sea una victoria, nos rodean muchos muertos, pero creo que empezamos a obrar desde el sentido común. Este final no debió haber existido porque la designación no debió haber existido. Macri logró unir a sectores desunidos, que pensamos diferente más allá de la búsqueda común. La designación estuvo rodeada de mentiras. Me llamaron para decirme que se había dejado sin efecto y tras las elecciones lo nombraron. No se animaron a pagar el costo de que la gente los reprobara con su voto. Se nos faltó el respeto. Ahora se nos dice que somos agresivos. La agresión es del jefe de Gobierno por nombrar a alguien señalado por la Justicia. Deben tener algún dato que no tenemos, porque se dice que es inminente el procesamiento. ¿Hacía falta tanta mentira, tanta miseria humana, tantos calificativos denigrantes? ¿Hacía falta que ni siquiera viniera a honrar a las 85 personas masacradas para no asumir el costo político de las críticas? Hace falta respeto y dignidad y el jefe de Gobierno no las tuvo.

–Macri dijo que fue “una decisión personal” y Montenegro que “intentó persuadirlo” para que no renunciara. ¿Lo sorprenden ambas actitudes?

–Dudo mucho de la palabra del jefe de Gobierno porque ya me mintió una vez. Sólo Palacios sabrá si fue una decisión personal. Tal vez con el tiempo lo sepamos. Quien en definitiva optó por un poco de sentido común fue Palacios. No puedo olvidar la terrible mentira del ministro cuando dijo que el tribunal había tratado el aviso del allanamiento por parte de Palacios. Imposible: el tribunal terminó su trabajo en 2004 y el llamado apareció en 2005. Esa manera de defender lo indefendible fue propia de ambos. Me hubiera gustado que Macri, con todo el dolor del alma, le pidiera la renuncia. Hubiera sido una manera digna de cerrar la historia. Pero no, terminó justificando y pidiendo que dejemos de agredirlo. Por fortuna hubo muchos ciudadanos que con su firma y su voz le hicieron saber que estaban en contra. Y esto no quiere decir que no querramos una policía de la ciudad.

–Usted le aconsejó a Macri que leyera la causa por encubrimiento, ¿sabe si la leyó?

–Se lo dije a Montenegro. Que deje de escuchar a quien lo asesora, el fiscal (José) Barbacchia, y que lea la causa. Un tipo que fue fiscal y juez sabe leer una causa y por los comentarios que hacía era evidente que no la había leído. Simplemente defendían a Palacios. Tomaron la justicia en sus manos y decretaron su inocencia. Recién escuché a Macri decir que AMIA y DAIA lo condecoraron y no cuestionaron el nombramiento. ¡Sigue mintiendo! La condecoración fue antes de que se supiera lo que se supo y cuando se reunieron fueron claros: “No estamos de acuerdo con el nombramiento hasta que la Justicia no se expida”. Eso no es convalidar. Sigue mintiendo para justificar. Eso no habla bien del jefe de Gobierno. Y no es una agresión. Ojalá hubiera dicho “tomamos conciencia que el jefe de policía debe asumir con un consenso ciudadano”, hubiera sido más sencillo.

–¿Le aclararon por qué Macri no fue al acto de la semana pasada?

–No. La versión oficial es que tenía una reunión de gabinete. Tal vez se estaba hundiendo Buenos Aires y lograron evitarlo. Debió ser algo muy terrible para no estar presente en el recordatorio de 85 masacrados en la ciudad que gobierna. Sólo una vez estuvo en un acto como jefe de Gobierno. En éste sabía que iba a recibir críticas y no las afrontó. Eso no habla bien de un político, que debe hacerse cargo de aciertos y errores. Fueron seis meses de dolor. Macri jamás va a tener noción de cuánta bronca e impotencia generó. Evidentemente ve la historia desde otro nivel.

–¿Qué expectativas tiene sobre el futuro de Palacios en la causa por encubrimiento?

–Si me atengo a la presentación del fiscal y a sus respuestas no dudo que va a ser procesado. Pero no hay que perder de vista que la cabeza es Menem, luego Munir, Galeano, Anzorreguy y después Palacios, que por orden de Menem levantó el teléfono y le avisó a un tipo que iban a allanarlo. Por eso tampoco puedo aceptar que digan que fue una operación para desprestigiar a Macri. El 18 de julio de 2005, cuando denuncié en mi discurso el llamado de Palacios, Macri no era jefe de Gobierno. Luego la Justicia tardó tres años en investigar como correspondía. No dudo que va a ser procesado y luego el tribunal oral determinará su responsabilidad. Pero un tribunal, no un jefe de Gobierno o un ministro de Justicia.

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