La misiva, que llegó a la casa del padre del abogado, califica a los destinatarios de “judíos bastardos y mal nacidos”, incluye una foto de Adolf Hitler haciendo el saludo nazi y la promesa de que “tío Adi les hará justicia”
Publicado (sin firma) en PáginaI12.
A una semana del inicio de los alegatos en el juicio a Videla, Menéndez y otros 29 represores, cobardes escudados en el anonimato amenazaron de muerte por vía postal Claudio Orosz, abogado de H.I.J.O.S. y de Familiares regional Córdoba. La misiva en letra mayúscula califica a los destinatarios de “Judíos bastardos y mal nacidos”, incluye una foto de Adolf Hitler haciendo el saludo nazi y la promesa de que “Tío Adi les hará justicia”. Orosz radicó la denuncia ante el fiscal Gustavo Vidal Lascano, que ordenó reforzar su seguridad. “Lo único que lograron es que hoy trabajáramos más horas de lo habitual –confió Orosz a Página/12–. Como dice Liliana Felipe: ‘Nos tienen miedo porque no les tenemos miedo’.”
Luego de dos juicios ejemplares, con amplia participación de la sociedad civil, los organismos de Córdoba viven desde julio un proceso histórico, con Menéndez en busca de su quinta condena, Videla en el banquillo tras un cuarto de siglo y el mayor número de imputados (31) desde la reapertura de las causas. Los mensajes de los represores variaron según las épocas. En 1984, cuando presentaron la primera denuncia por crímenes en La Perla, Emilio Mignone (CELS) y Adolfo Pérez Esquivel (Serpaj) apuntaron que “un grupo de criminales siniestros” que incluía a Menéndez & Bussi urdía un plan para desestabilizar al gobierno. En mayo de 1986, mientras los organismos luchaban por acelerar los procesos y los militares por una amnistía, la policía encontró un obús relleno de trotyl en el camino que debía recorrer Alfonsín, de visita en el Tercer Cuerpo. En abril de 1987, al autoacuartelarse en el Regimiento de Infantería 14 de La Calera, el mayor Ernesto Barreiro encendió la mecha que terminaría de detonar Aldo Rico en Campo de Mayo y que derivaría en la Ley de Obediencia Debida.
En 2006, reabiertas las causas, el periodista Mariano Saravia, autor de un libro sobre el Departamento de Informaciones (D2) de la policía, recibió un correo electrónico dirigido a Orosz. Un supuesto ex policía contaba que lo habían contratado para asesinar al abogado y apuntaba datos precisos de direcciones, teléfonos y movimientos. A la semana fue amenazada de muerte la fiscal Graciela López de Filoñuk. El año pasado, durante el segundo juicio, el presidente del tribunal, Jaime Díaz Gavier, recibió en su casa una amenaza de muerte contra él y sus hijos.
El 5 de julio un “alienado mental” llamó al padre de Orosz. “Menéndez debió haber matado a 30 mil más, entre ellos a su hijo. Tendría que estar viendo crecer las margaritas desde abajo”, le dijo. La Justicia rastreó el llamado y dio con un ingeniero de Carlos Paz de apellido Sonzini Astudillo, empleado de un instituto de la Fuerza Aérea. Imputado por amenazas agravadas, fue excarcelado por el juez Ricardo Bustos Fierro.
El padre de Orosz recibió ayer un sobre papel madera, sin remitente, enviado a la “Flia. Orosz”. En el interior, una hoja blanca y una leyenda escrita con computadora: “Judíos bastardos y mal nacidos; tío Adi les hará justicia. Nunca se preguntaron de cómo era el olor del horno o de la carne podrida???”. Al lado, la foto de Hitler. “Me molesta que las manden a lo de mi viejo –explicó Orosz–. Es obvio que apuntan a amedrentarnos pues el 18 comenzamos los alegatos contra nuestro Hitler criollo (Videla) y nuestro propio Goebbels, llamado Luciano Benjamín Menéndez.”
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