jueves, 17 de julio de 2008

Un “festejo indecoroso”

El Tribunal Oral 5 pidió sanciones para un defensor de represores

Los jueces denunciaron ante el Colegio Público de Abogados a los defensores del comisario Miguel Angel Timarchi por festejar su absolución. Lo consideraron una “falta de respeto” hacia el tribunal y a los familiares de las víctimas.

Por Diego Martínez
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El abogado Carlos Broitman encabezó la defensa de Timarchi. El tribunal denunció a sus dos socios.

Tres días después de dictar sentencia por la masacre de Fátima, el Tribunal Oral Federal 5 denunció el lunes ante el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal a dos miembros del estudio jurídico que encabeza Carlos Broitman, por lo que consideró “una grave falta de respeto” hacia los jueces y “en especial” hacia los familiares de las víctimas de una de las más brutales ejecuciones sumarias de la última dictadura. Los magistrados calificaron como “inaceptables” los festejos desmesurados de los letrados Héctor Amarelle y Alejandro Martín Broitman tras conocer la absolución de su cliente, comisario Miguel Angel Timarchi.

Página/12 informó el sábado que cuando el presidente del tribunal Daniel Obligado, comenzó a leer la absolución de Timarchi, Amarelle saltó como quien festeja el gol de su vida, gritó “¡Vamos todavía!” y le dio un beso a Carlos Broitman. Según la denuncia del tribunal, se trató de un abrazo y no con Carlos, sino con su hermano Alejandro. Los jueces describen “un salto al grito de ‘vamos carajo’, a la vez que se abrazaban entre sí, mirando hacia el público”, compuesto por los sobrevivientes de la Superintendencia de Seguridad Federal y familiares de los masacrados. Agregan que “esa conducta y la consecuente reacción del público desembocó en el de- salojo de la sala y, por supuesto, de tales letrados”. En realidad expulsaron a la comitiva que secundó a Broitman, pero no a Amarelle, que luego del festejo le manifestó sus condolencias al comisario Carlos Gallone, condenado a cadena perpetua por secuestrador y asesino.

El escrito de Obligado, Guillermo Gordo y Ricardo Farías calificó los “gestos indecorosos” de los abogados como expresiones “inapropiadas y por ende inaceptables en una audiencia judicial”. Se trató de “una grave falta de respeto hacia los integrantes del tribunal, sus contrapartes y, en especial, los familiares de las víctimas que se encontraban presentes y debieron soportar tamaño insulto”. La actitud “exacerbó el comprensible y justificado ánimo de los asistentes”, que comenzaron a cantar “Como a los nazis, les va a pasar. A donde vayan los iremos a buscar”.

El TOF-5 solicitó al Tribunal de Disciplina del Colegio de Abogados –que preside el constitucionalista peronista Alberto García Lema– que “analice las conductas” y determine “el correctivo pertinente”. Consideró que se violaron “deberes específicos de los abogados, entre los que se destaca el comportarse con lealtad, probidad y buena fe en el desempeño profesional, y de un incumplimiento a las normas de la ética profesional”.

Amarelle presenció varias audiencias y descolló durante el alegato, cuando calificó al proceso de “desastroso”, y llegó a decir que “se han plantado pruebas” para “cubrir a los verdaderos responsables” y condenar a “tres chivos expiatorios”, incluido su cliente absuelto. Alejandro Broitman, en cambio, sólo apareció el día de la sentencia. Broitman es secretario de ORY, un centro de contención para discapacitados mentales de origen judío. El año pasado, luego de recibir una donación, reflexionó que “unos pocos muchachos con capacidades diferentes son capaces de humanizar multitudes. Las personas que los pueden ver actuar en sociedad, realmente se conmueven y logran volver a ese estado natural de humanización y de valores que quizá, con el día a día, nuestra sociedad va perdiendo”.

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